Cada vez que viajo por diferentes pueblos de Puerto Rico me da un poco de tristeza ver el abandono de alguno de sus edificios y la basura acomodada en las calles. Por que el puertorriqueño ensucia tanto? Acaso no se dan cuenta de que estamos ensuciando las propias calles por donde caminamos. Estamos ensuciando nuestra casa. Es notable la indiferencia que existe por parte del pueblo consumidor y de la persona encargada de restringir o multar estas acciones. Nunca he visto un guardia dar un 'ticket' a alguna persona en la playa al dejar sus sobras sobre el espacio de arena que utilizó para sentarse a compartir con amigos o familia. Y no me quiero alejar del tema. No quiero echarle la culpa al gobierno, a los policías, porque aquí el problema reside primordialmente sobre nosotros, los consumidores. Los policías son una adición a corregir la degradante acción de botar basura fuera del zafacón pero se han convertido en componentes estructurales a este problema debido a su inacción e indiferencia.
Por ahí viene la noche de San Juan y es triste ver como queda la playa cuando despierta el sol al otro día. Hay muchas excusas y 'pointing fingers' para ensuciar nuestras playas. No es muy difícil recoger lo que sobró y llevártelo a tu casa. Esta noche de San Juan que se acerca prepara una bolsita junto a las otras diversiones y recoge lo que sobra! Luego aplícalo a los próximos 364 días del año!!!
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